miércoles, 15 de enero de 2014

Soy tu monstruo.


Hola, soy tu monstruo. No exactamente el de debajo de la cama, y tampoco el monstruo del armario.

Solo tu monstruo. Soy el conjunto de cosas a las que has tenido miedo a lo largo de tu vida.
Al principio, me lo pasaba muy bien. Me reía con tus miedos a los “seres” del hueco de la escalera, y me hacía gracia ver tu carita lloriquear por tonterías.
Pero yo te quería, ¿sabes? Te había agarrado mucho cariño, y, cuando fuiste creciendo, tus miedos comenzaron a ser más reales.
¡Yo sufría mucho! No quería ser tu miedo. No quería que lloraras por mi. Pero quería que estuvieras conmigo.
Y entonces fue cuando me hiciste tanto daño.
Alguien te dijo que tenías que luchar contra tus miedos, que esa era la manera de ser feliz.
Y lo hiciste. Luchaste, te acercaste a mi solo para destrozarme, y me olvidaste.
En los días de agonía veía como sonreías más, como te levantabas por la mañana sin temor a nada.
Como cada día eras más hermosa. Al final, huí, porque pensé que era lo mejor para todos.
Podría haber sido el monstruo de otra persona, pero yo solo soy tu monstruo.
Algún día; visítame. Vivo en tu recuerdo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario