sábado, 17 de noviembre de 2012





Para el cínico, el mundo de los sentimientos siempre había pasado por su lado
 y él jamás se había parado a ver como todo rugía a su alrededor. 
Miró hacia la puerta y la tremenda certeza,
 de que entre su amigo melancólico y la insignificante ama de llaves existía una historia repleta de profundos secretos, se reveló ante él. 
¡Diablos! El mundo amaba y sufría y él era un testigo aterrado de la sensibilidad desgarradora…. ¡Poetas! 
¡Mal nacidos capaces de entender el corazón que palpitaba entre las sombras!
 ¿Y él donde estaba? Maldición, él que se burlaba de todo.

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