—Querido amor, ¿no te acuerdas
cuando por última vez
me declaraste tu amor
arrodillado a mis pies?
Con el uniforme verde
que te sentaba tan bien,
a tu patria y a tu amor,
nos juraste eterna fe.
Ahora lloro, sola y triste,
porque no te puedo ver.
¡Dios quiera juntarnos cuando
se acabe esta guerra cruel!
Debemos estar listos para recibirla.
George Eliot
No hay comentarios:
Publicar un comentario